Una belleza que te deja helado

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March, 2019

De elemento natural a arte: en el viaje entre magia y materia, el hielo es mucho más que un simple elemento.

Todos los objetos parten de un boceto: algunos se convierten en obras de arte, mientras que otros pasan a formar parte de nuestra vida cotidiana, pero estas dos dimensiones pueden confluir y dar lugar a algo verdaderamente único y especial. El hielo, elemento capaz de detener el tiempo entre reflejos y sensaciones táctiles, sublima las superficies del cromo explotando la dimensión estática del agua y ofreciendo visiones artísticas de deslumbrante encanto.

En el evocador espacio expositivo de la Verbeke Foundation de Kemezeke (Bélgica), nuestros productos fueron contados desde una perspectiva totalmente nueva. En la representación concebida por Desco, se entrevé con claridad la visión global de la exposición: la síntesis entre ecología, tecnología y tendencias en el mundo del diseño. El uso del hielo, al fin y al cabo, es común en muchos artistas contemporáneos para enviar un mensaje profundo y una clara invitación a la reflexión. Tomemos una bebida y observemos el comportamiento del hielo: flota, lo sostiene la densidad del líquido que hay debajo... si esto no fuera así, la vida en la Tierra no sería posible. Sin este aparentemente simple intercambio de energía conocido como movimiento por convección, la superficie de nuestro planeta estaría totalmente cubierta de hielo. Si el agua ya es importante de por sí, lo es de igual manera en su forma sólida y aún más en su proceso de transformación. Esta referencia científica alude a una dimensión casi mágica, donde la materialidad y las sensaciones visuales y táctiles invitan a razonar sobre la volubilidad de la sustancia, tan frágil ante las variaciones climáticas como el propio planeta.

La concepción de lo efímero en algunas conocidas representaciones se lleva a la exasperación: un claro ejemplo de ello es la obra de la artista brasileña Néle Azevedo, que en varias ocasiones ha transmitido su provocador punto de vista, llenando gradas y tribunas de «hombres solubles» que, aunque al principio tienen una apariencia cristalina, se van deformando con el tiempo, enviando así un claro mensaje sobre la paradójica vacuidad de la vida. En el imaginario colectivo, el uso del hielo tiene otra connotación más: la conservación de algo que debe transmitirse al futuro, a través de instalaciones mantenidas en ambientes climatizados que contienen objetos para preservar la memoria colectiva, a menudo con utensilios relacionados con la vida cotidiana. En la misma corriente expresiva cabe hacer especial mención a las Flores congeladas de Azuma Makoto, un visionario japonés que, mediante un sofisticado artificio, hiberna espléndidos ramos de flores en bloques, dando vida a maravillosos jardines atemporales. Hay tantas variantes posibles que usan el hielo como materia, el hielo como ficción óptica, el hielo como metáfora, el hielo como superficie habitable... La clave de su interpretación está en el ojo del espectador.

La visita a la Verbeke Foundation provocó fuertes reacciones: la elección de Desco de introducir nuestros mezcladores dentro de cubos de hielo resultó muy original, ya que ofrecía diferentes niveles de interpretación y realzaba las superficies del cromado y las líneas de los grifos con las transparencias irregulares del hielo. El acto, en el que participaron numerosos expertos (entre ellos Luc Dedeyne, consultor en materia de energía, y Damien Erns, profesor de la Universidad de Lieja), puso de manifiesto una cuestión: qué papel pueden jugar las innovaciones de nuestro sector en la creación de un futuro duradero. «Gracias a la aplicación de proyectos ecologistas y a una economía colaborativa, es posible lograr un bienestar cotidiano en el presente que perdure en el futuro», afirma el ecologista Steven Vrommen.